Cuando comenzó esta pandemia sin tener una vacuna que nos protegiera, nos tocó someternos al cuidado dirigido por nosotros mismos y hacernos pruebas en centros médicos que nos avisan si, al final, las medidas de bioseguridad han funcionado o no.

Sin embargo, es un punto a favor que estos test cuenten con beneficios como: rapidez para realizarla, efectividad en sus resultados y un bajo nivel de molestias en su procedimiento.

Lo que ha permitido que se hagan millones de pruebas diarias alrededor del mundo y nos mantenga al día de cómo va la situación socialmente en cuanto al virus.

Si en este momento ya te has realizando un test de COVID-19, habrás conocido los tipos que hay de ellos, si no, hoy te contaremos un poco de cada uno de ellos y sus diferencias:

Pruebas moleculares o PCR: Toma este nombre por las siglas en inglés de “Reacción en Cadena de la Polimerasa” y son las más recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues su resultados que indican si eres positivo o negativo para COVID-19  suelen ser muy precisos.

La forma de realizarla es a través de un pequeño tubo introducido por las vías nasales, para tomar un poco del material genético que se encuentra en las secreciones respiratorias del paciente. Lo que puede indicar si el virus está presente en el organismo desde el principio del contagio.

Su procedimiento es rápido, pero su resultado puede obtenerse en unas horas.

Pruebas serológicas o pruebas rápidas: Como su nombre lo indica, se vieron en la necesidad de comenzar su uso para obtener resultados mucho más rápidos. Además, tiene menos grados de sensibilidad que la PCR.

Se realiza extrayendo un poco de la sangre en el paciente, normalmente desde un pinchazo en su dedo índice, y esta es introducida en un dispositivo parecido al de una prueba de embarazo. Así mismo se obtiene el resultado en unos cuantos minutos.

Sin embargo, la diferencia de esta prueba es que indica las respuestas inmunológicas en cuanto al virus. Es decir, detecta si has creado anticuerpos y si estos responden o han respondido en algún momento a esta infección.

La OMS no recomienda estos análisis para diagnosticar a un paciente que necesita atención inmediata porque tiene fuertes síntomas que indican el contagio.

Es más utilizado para aquellos que tienen dudas o que previamente fueron indicados como positivos, para determinar si el virus continúa presente dentro del organismo.

Finalmente, es importante aclarar que estas pruebas fueron pensadas para el cuidado social de todos. Lo que permite que no sean pensadas únicamente para quienes presentan síntomas fuertes del virus. Si no también para descartar las posibilidades de tenerlo, o evitar contagios masivos, como por ejemplo: enterarse de que estuviste cerca de una persona contagiada y quieres descartar tu contagio, para así evitar llevarlo a tu familia.

O también, si quieres reabrir tu compañía y necesitas conocer el resultado del virus en tus empleados para prevenir contagios masivos.

Hacerte el test del COVID-19 es cuidarte a ti y cuidar a los que amas.